La colostomía es una incisión (corte) en el colon (intestino grueso) para crear una abertura artificial o “estoma” a la parte exterior del abdomen. Esta abertura sirve de substituto al ano, a través del cual los intestinos pueden eliminar los productos de desecho hasta que sane el colon o se pueda hacer otra cirugía correctiva. Las heces caen dentro de una bolsa de recolección. El personal de enfermeras de ostomía le enseñarán el cuidado de la piel y cómo cambiar la bolsa.
Existen unas cuantas razones para llevar a cabo una colostomía:
- Infección abdominal, como en el caso de diverticulitis perforada o un absceso.
- Lesión al colon o al recto (por ejemplo, una herida con arma de fuego).
- Bloqueo parcial o completo del intestino grueso (oclusión intestinal).
- Cáncer colorrectal.
- Fístulas o heridas en el perineo, el área entre el ano y la vulva (mujeres) o el ano y el escroto (hombres).
Una colostomía es temporal o permanente dependiendo de la enfermedad o lesión. En la mayoría de los casos, las colostomías pueden ser reversibles.
Riesgos al realizar la colostomía
Otros riesgos abarcan:
- Sangrado dentro del abdomen.
- Daño a órganos cercanos.
- Aparición de una hernia en el sitio de la incisión quirúrgica.
- Colapso del estoma (prolapso de la colostomía).
- Infección, particularmente en los pulmones, las vías urinarias o el abdomen.
- Estrechez u obstrucción de la abertura de la colostomía (estoma).
- Tejido cicatricial que se forma en el abdomen y causa bloqueo intestinal.
- Irritación de la piel.
- Abertura de una herida.