¿Quién se acuerda del que cuida a los demás? El sindrome del cuidador,que afecta a aquéllos en quienes se delega el trabajo de atender a los dependientes, empieza a extenderse en nuestra sociedad.
Normalmente, las personas que se dedican a cuidar de aquéllos que, por enfermedad o edad avanzada, se encuentran en situación de dependencia, son prácticamente invisibles a ojos de los demás, que nos liberamos así de la responsabilidad que nos toca echando toda la carga sobre aquéllos a los que “injustamente” les ha tocado tan ingrata tarea.
En una sociedad cada vez más longeva, las personas cuidadoras de familiares dependientes cada vez son más; el Síndrome del cuidador es ya una realidad que cada vez cuenta con más afectados. Las personas afectadas tienen fuertes sentimientos de soledad, tristeza, incomprensión, culpa e incluso agresividad, aparte de un intenso cansancio físico y vital.
Por supuesto, este problema es muy complejo; cada caso es un mundo y no hay dos situaciones iguales, como no hay dos personas iguales.
Sobre todo, no olvidemos que:
[bctt tweet=”“cuidamos con todo el amor del mundo pero, a veces, todo el amor del mundo no es suficiente””]
Y es que…nadie nos ha enseñado a cuidar. Facilitar una “guía” no es tarea fácil, pero os ofrecemos una serie de pautas que pueden servir de ayuda.
- Intentar facilitar la autonomía del familiar al máximo. Dejar que haga lo que todavía puede hacer, aunque tarde más tiempo. Si no, estaremos favoreciendo su dependencia y aumentando nuestras labores.
- Es importante evitar el estrés en la medida de lo posible, planificando de antemano las situaciones.
- También hay que favorecer la adaptación del entorno, procurando que este sea estable y seguro. Nos ayudará a evitar accidentes innecesarios.
- La actitud positiva juega en nuestro favor; es fundamental mantenerla en lo posible.
- Sobre todo, comprender que el familiar enfermo no hace las cosas “para fastidiar”,sino que su padecimiento es el que genera conductas nuevas y difíciles de entender en ocasiones.
- Los sentimientos negativos que aparecen en algunos momentos son humanos. Lo importante es saber reconocerlos e intentar superarlos, o, al menos, equilibrarlos con otros más positivos.
- Si es posible, hay que procurar informarse y/o formarse, sobre todo en algunas patologías como las demencias, por lo complejas que éstas pueden llegar a ser.