Bañar a personas con Alzheimer es uno de los mayores problemas que nos enfrentamos como familiares o cuidadores de personas con Alzheimer al convivir con ellas. Difícil es para el cuidador hacer que la persona acepte tomar un baño, ya sea de ducha (facilitado con una regadera) o asiento. Pero nada es imposible, y con un poco de práctica y paciencia podremos lograr que nuestro familiar acepte ir al cuarto de baño y recibir un buen baño.

Enfrentando el problema

Ciertamente no siempre resulta fácil convencer a una persona con la enfermedad de Alzheimer a ser bañado. Generalmente nos dirán que ya se bañaron, que mejor nos bañemos nosotros o que mejor más tarde. Y de ahí, nadie los saca. Pero todo es insistir hasta cierto punto y utilizando ciertas estrategias o mañas podremos convencer al enfermo para que se bañe. 

Posibles causas

Existen muchas posibles causas por las que una persona con la enfermedad de Alzheimer no quiera bañarse, alguno de estos factores pudiera ser miedo, creer que ya se bañaron o simplemente resistencia por el modo en cómo se le aborda.

Causas médicas o psicológicas

  • Depresión, pérdida de interés para la higiene personal.
  • Enfermedad física que lo desmotive a tomar un baño.
  • No encontrar el baño
  • Cambios en su sentido de percepción a la temperatura del agua.
  • Otro tipo de sensaciones desagradables..

 Causas medioambientales

  • Poca luz, que le impida encontrar dónde está el baño o no ver bien dentro de este.
  • Falta de privacidad.
  • Temperatura del cuarto (muy frío o muy caliente).
  • Temperatura del agua (muy fría o muy caliente).
  • Agua de la ducha o regadera muy fuerte.
  • Agua muy profunda en la bañera o tina de baño

 Causas varias

  • Miedo a caer.
  • Miedo al agua.
  • Desconocer al familiar o cuidador.
  • Olvidar para qué tiene que bañarse.
  • Sentirse humillado.
  • Agitación, enojo..
  • Sentirse presionado, carrereado.
  • Pérdida de intimidad.
  • Fatiga.
  • Temor que le caiga agua y jabón en los ojos.
  • Miedo a que le hagan algo.

 Estrategias

  • Evalúe la mejor hora para el baño.
  • Asegúrese que el baño esté confortable, con buena temperatura.
  • Cierre la puerta o ventana para crear un ambiente de privacidad.
  • Prepara el baño con tiempo a fin de que no le falte nada a la hora de tomarlo.
  • Hágalo por pasos: primero que sienta el agua, la esponja, el jabón, todo en secuencia.
  • Acérquesele de buena gana, esto es, de buen modo. Háblele claro y calmadamente.
  • Evite discutir con al persona para no entrar en conflicto.
  • Simplifique las tareas, haga una sola cosa a la vez.
  • Puede incluso intentar bañarse con la persona a fin de brindarle mayor seguridad.
  • Si aún tiene cierta coordinación de movimientos, dígale a la persona que se enjabone, se talle con la esponja y se dé su aseo personal en las partes íntimas.
  • Aproveche de darle masaje en la espalda con la esponja, esto le reconfortará.
  • Anime a la persona a medida que transcurre el tiempo. Dígale qué bien huele, qué bien se ve.
  • Al terminar el baño, asegúrese de secarlo bien.
  • Compruebe que no tenga problemas en la piel, manchas, irritaciones, raspaduras, heridas.
  • Utilice un buen talco o un buen aceite para darle los últimos toques y dejarle listo para ese día.

  

Tomando precauciones

Siempre es necesario tomar ciertas precauciones o medidas de seguridad para evitar accidentes. Por ello:

  • Verifique que la temperatura del agua sea adecuada. No vaya a ser que se queme, o por el contrario, el agua esté muy fría y la sienta desagradable y luego se resfríe.
  • Nunca deje solo al enfermo en el cuarto de baño, pudiera caer, resbalar o sufrir algún accidente.
  • Puede utilizar una silla especial o de plástico para bañarle
  • Si lo hace de pie, es conveniente poner agarraderas en el baño a fin de que la persona pueda asirse y sentirse con esto más seguro(a).
  • No coloque tapetes en el baño con los que se pueda caer, en todo caso tirillas de hule autoadheribles al piso o a la tina de baño pudieran ser recomendables
  • No tenga a la mano aparatos eléctricos que pudieran causar algún accidente.

Algunos otros consejos para bañar a una persona con Alzheimer

Si bien a veces resulta algo difícil, tampoco es imposible. Algunos otros consejos a manera de estrategia que pudieran darse son:

  • Acérquesele en un buen momento para invitarlo a ir al baño y decirle que ya está listo, para que así se sienta rico o más cómodo.
  • Comenzar a platicarle sobre cosas agradables que le hayan sucedido pude ser una buena estrategia.
  • Cantar mientras se están bañando, también puede ser otra buena medida.
  • Recuerde que el baño y la higiene personal es parte importantísima para conservar un cuerpo sano y saludable, así como para darle al enfermo una mejor calidad de vida.

 

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