Cada vez hay más evidencias científicas de los nocivos efectos de la contaminación sobre nuestro cerebro.
Cáncer, alergias, enfermedad cardiovascular, trastornos del sueño y ahora un posible riesgo de alzheimer, como asegura una investigación que se publica en “The Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS).
El estudio, realizado en la Universidad Lancaster (Gran Bretaña) evidenció la presencia de nanopartículas derivado de aire contaminado en el tejido cerebral humano. Ahora bien, el estudio no establece un vínculo entre la presencia de estas nanopartículas y el alzhéimer.
La magnetita está implicada en la producción de especies reactivas de oxígeno, que a su vez están asociadas con enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores coordinados por Barbara Maher analizaron muestras de tejido cerebral de 37 personas fallecidas, entre 3 y 92 años, que arrojaron la presencia abundante de nanopartículas magnéticas en el tejido de la corteza frontal de los 37 individuos.
“Es demasiado pronto para concluir que este hallazgo puede tener un papel causal en la enfermedad de Alzheimer o cualquier otra enfermedad cerebral”, explican los autores.”
Riesgo para la salud
Los resultados sugieren que las nanopartículas de magnetita en el medio ambiente pueden entrar en el cerebro humano, en los que podrían suponer un riesgo para la salud humana, según los autores.
En este sentido, Jennifer Pocock, neuróloga del University College de Londres, señaló a través de un comunicado a Science Media Centre que aunque está de acuerdo en que la evidencia apunta a la magnetita contaminación transmitidas en el cerebro, se necesita más trabajo antes de que una conexión sólida con el alzhéimer se pueden extraer.