¿Dónde habré puesto las llaves? ¿Cómo se llamaba la película que alquilé el fin de semana? ¿Qué tenía que decirle a Jose? 

Quien diga que nunca se hizo estas preguntas probablemente sea porque se les ha olvidado. La gran mayoría de las personas hemos  experimentado esto, la pregunta es: ¿Qué hacer para que nuestra memoria se encuentre al 100% y evitemos situaciones de falta de atención, lentitud para pensar y de estrés?

Nuestro cerebro es una caja mágica que  funciona de tal manera que permite que algunas cosas sean fáciles y otras no. En él tienen lugar millones de procesos, al mismo tiempo que se encarga de dirigir y regular todo nuestro funcionamiento tanto físico como emocional y mental. Algunas veces, debido a las situaciones que vivimos, nuestros miedos o nuestras capacidades pueden crear bloqueos en nuestro propio sistema, que hacen que el aprendizaje se convierta en algo difícil y desagradable.

Para ello hay una serie de ejercicios denominados gimnasia cerebral que nos permite optimizar el funcionamiento de los dos hemisferios y mejorar la conexión entre cerebro y cuerpo a través del movimiento.

¿Qué es la gimnasia cerebral?

La gimnasia cerebral es un conjunto de ejercicios coordinados y combinados que propician y aceleran el aprendizaje, con lo que se obtiene resultados muy eficientes y de gran impacto en quienes los practican.

Para entender como funciona en nuestro cerebro, la gimnasia cerebral trabaja la teoría del cerebro triuno, que se basa en el desarrollo evolutivo del cerebro. Según esta teoría el cerebro está dividido en tres partes o dimensiones, cada una con distintas funciones:

  • El reptiliano: la parte más antigua del cerebro que controla las reacciones instintivas y las funciones básicas (ritmo cardiaco, respiración, temperatura, etc.)
  • El sistema límbico: que aparece con los mamíferos y que regula las emociones, la memoria, las relaciones sociales y sexuales, entre otras.
  • El Neocórtex: es la última parte en el cerebro en desarrollarse, nos da la capacidad del pensamiento, tanto racional como creativo. Gracias a él somos capaces de escribir, hablar, leer, inventar, crear y realizar aquellas actividades que requieran destrezas.

Estas tres dimensiones son intedependientes. Los sentidos captan el exterior y envían la información al cerebro. Por lo tanto, la práctica de los ejercicios de gimnasia cerebral hace que todas las dimensiones estén equilibradas y no haya bloqueos. Con ella nos reencontramos con nuestra creatividad, facultad muy poco potenciada por nuestra sociedad, mejoran nuestras capacidades mentales y, por tanto, la posibilidad de que todo lo que antes parecía o era complicado, se vuelva algo, fácil, rápido y sencillo.

Entendiendo la forma en que funciona nuestro cerebro, es más sencillo entender por qué la gimnasia cerebral se vuelve útil para resolver problemas emocionales y aumentar la eficacia en todos aquellos campos que uno desee, como mayor rendimiento en el trabajo, facilidad de estudios, agilidad en deportes, mejora de ritmo, de la visión, de la coordinación, etc.; además, es un método simple y eficaz, dirigido tanto a niños como adultos aplicable a todos los ámbitos cotidianos.

Gimnasia cerebral para todos

Los sencillos y divertidos ejercicios de gimnasia cerebral son practicados por personas de todas las edades que quieran aprender o resolver problemas que limiten a una parte de su vida; así pues los hay para niños, adolescentes, adultos de la tercera edad.

Estos son algunos ejercicios para mejorar y fortalecer:

  1. Abrir y cerrar la llave del agua con la mano izquierda (en caso de ser diestro)
  2. Hacer un crucigrama
  3. Armar rompecabezas
  4. Leer periódicos en voz alta
  5. Cruzar los dedos. Se trata de intercambiar, simultáneamente, los dedos índice y meñique de cada mano, una rutina que ayuda a que los dos hemisferios cerebrales se conecten. Permiten la interconexión de diferentes áreas de la corteza cerebral, de manera que, cuando realiza una actividad, habrá un mejor potencial.
  6. Movimiento cruzado. Sentado en una silla levante la rodilla derecha y tóquela con la mano izquierda. Levante la rodilla izquierda y tóquela con la mano derecha. Repita los dos movimientos diez veces.

Ahora, si lo que desea es reducir el estrés, estos ejercicios son ideales para usted:

  • Coloque las manos frente a usted, con las palmas hacia arriba; júntelas por sus bordes, entre la base del dedo  meñique y el comienzo de la muñeca, como si estuviera aplaudiendo. Haga esto enérgicamente pero con suavidad, unas treinta veces. Este movimiento tranquilizador anula la respuesta natural al estrés del cuerpo que genera adrenalina y la sensación de “pelear o huir”, inténtelo.
  • Ejercicio denominado “el espantado.” Consiste en que se pare con las piernas separadas, brazos estirados y las manos extendidas con los dedos abiertos al máximo. La lengua debe estar pegada al paladar y los ojos cerrados. Poco a poco suba los brazos, inclínese, arquée la nuca y retenga la respiración durante seis segundos. Este ejercicio disminuye los niveles de estrés pero a diferencia de otros, este proporciona una relajación activa y ayuda a energizarse.

Por qué es buena la gimnasia cerebral

Son diversas las bondades de ejercitar nuestra mente a través de la gimnasia cerebral, la primera de ellas y la más  importante es que funciona para prevenir la enfermedad de Alzheimer.

En el caso de niños y jóvenes de entre 5 a 25 años, les capacita para mejorar la atención, la concentración, la memoria, para integrarse mejor con los compañeros de clase, para mejorar la relación con los padres, tutores, profesores o hermanos, para subir su autoestima y para sentirse mejor con ellos mismos.

Para jóvenes de entre 26 y 35 años les ayuda a tener confianza en las entrevistas de trabajo, en hablar en público con soltura y seguridad, en mejorar las relaciones con sus jefes y posibles parejas, mejorar sus capacidades en el trabajo, relacionarse en grupos nuevos con facilidad.

En el caso de adultos de entre 36 y 65 años les sirve para mejorar algún aspecto de su persona y, para personas de la tercera edad a quienes el estrés diario les hace mermar sus facultades y requieren recuperarlas o reforzarlas, combate el retraso en la motricidad, pérdida de memoria o concentración.

Como toda gimnasia, ésta puede practicarse en cualquier momento del día y no necesita de un lugar específico. Sin embargo, se recomienda que los ejercicios relacionados con la activación de las funciones cerebrales se realicen por la mañana, para que el cerebro pueda estar listo para reaccionar a lo largo del día. Los ejercicios de relajación deben practicarse de preferencia por la noche.

Los ejercicio de gimnasia cerebral crean una red neuronal mas fuerte motivadora y efectiva. El “nuevo programa” se fortalece cada vez más y las conexiones entre las partes del cerebro requeridas para una tarea en particular se logran con más rapidez y facilidad.

Esto significa que la programación de nuestro cerebro puede cambiar y mas allá de esto implica un descubrimiento maravilloso: jamas dejamos de crear conexiones neuronales, al contrario a lo que se pensaba anteriormente. El cerebro sólo muere cuando no se le utiliza. De lo contrario, una persona puede seguir desarrollandolo hasta el final de su vida.

A fin de que este artículo sea útil para usted en su vivencia diaria aquí van algunos ejercicios generales que podrá ampliar visitando diversos sitios de internet relativos a gimnasia cerebral y enriquecidos con sus propias variaciones, puesto que no hay límite en lo que se pueda inventar.

  • Tomar agua. Lo primero que hay que hacer antes de empezar los ejercicios de la gimnasia cerebral es tomar mucha agua, ya que el agua hidrata las células, haciéndolas más flexibles y ayudando a aumentar los niveles de energía del cuerpo.
  • Respirar con el ombligo. Permitir la circulación del aire sin interrumpir su flujo hacia el ombligo (similar a la respiración yoga).
  • Puntos positivos. Con las yemas de los dedos de cada mano, al tocar el punto de arriba de cada ojo (sin cruzar las manos), entre la línea del pelo y las cejas. Pensar en algo que se quisiera recordar o en una situación que produzca estrés, y visualizar el recuerdo o la situación (como se la quiera experimentar). Cerra  los ojos y asociar la imagen con algo positivo.
  • La marcha cruzada. Mano derecha sobre la rodilla izquierda  luego mano izquierda sobre la rodilla derecha con talón izquierdo y viceversa.
  • La araña. Hacer “escalera”, intercalando el contacto entre el pulgar derecho y el menique izquierdo, y viceversa, en posición ascendente.
  • Las escondidas. Mostrar sucesivamente el índice derecho y el menique de la izquierda y después, el índice izquierdo y el meñique derecho.
  • Malabares. Lanzar un objeto de un lado a otro y cogerlo con la mano opuesta (malabares con una sola pelota).
  • Ocho imaginario. Dibujar el número ocho con la vista, luego con la cabeza, y luego con todo el cuerpo. Se puede hacer lo mismo con otros números.
  • Yemas. Con el dedo pulgar, tocar cada yema de los dedos de la mano, sin parar de manera continua. Hacerlo con ambas manos al mismo tiempo.

Al parecer se trata de ejercicios excesivamente simples; sin embargo, Paul Denisson nos invita a reflexionar sobre su importancia cuando afirma que cada una de las actividades que ahora tenemos por automáticas, fueron en su día tareas difíciles que tuvimos que aprender. Ésta es una actividad diaria y para toda la vida.

Para complementar los ejercicios físicos de gimnasia cerebral, existe también la neuróbica (aeróbica del cerebro). Dicha ciencia revela que el cerebro mantiene la capacidad extraordinaria de crecer y mudar el patrón de sus conexiones. Los autores de este descubrimiento, Lawrence katz y Manning Rubin (2000), conciben a la neuróbica como la nueva forma de ejercicio cerebral, proyectado a mantener al cerebro ágil y saludable.

Para evitar la muerte de las neuronas, es necesario practicar ejercicios cerebrales que logren concentrar a las personas únicamente en lo que están haciendo en ese preciso momento, es decir, en esa tarea y en nada más. El desafío de neuróbica es hacer todo aquello que rompa la rutina, obligando al cerebro a un trabajo adicional:

  • Cambiar de mano para cepillarse los dientes.
  • Caminar de espaldas por toda la casa.
  • Alternar de mano el manejo de la cuchara y del tenedor.
  • Vestirse con los ojos cerrados.
  • Mirar las fotos bocabajo o leer con el libro al reves.
  • Ver la hora en el espejo.
  • Cambiar de camino para ir y volver del trabajo (o de la escuela, o de cualquier lugar habitual).
  • manejar el ratón del ordenador con la otra mano……

…… Y la lista de ejercicios puede crecer infinitamente, dependiendo de su creatividad.

Recuerde que cerca del 80% de nuestra rutina está compuesta por actividades mecánicas que, si bien, nos permiten trabajar con rapidez y sin mayor esfuerzo, acarrean el peligro de limitar al cerebro paulatinamente, hasta atrofiarlo.