La tecnología es para jóvenes o eso dicen nuestros mayores. Pero lo cierto es que gracias a los avances actuales ellos pueden aprovecharla en su día a día. Lo único que debemos saber es qué producto se adapta mejor a sus necesidades de las personas mayores así como la facilidad para adaptarse que pueda tener.

Hace poco me preguntaron sobre cómo configurar un portátil para que su padre, un señor de 70 años, pudiese usarlo de forma fácil para contactar con ellos. Así podría verlos, recibir fotografía de los nietos e incluso entretenerse en alguna red social y juegos para ejercitar la mente.

Como su experiencia con la informática era nula lo primero que pensé fue en adaptar el sistema operativo con iconos más grandes, eliminar elementos innecesarios o incluso instalar aplicaciones que cambian la interfaz completa a un más sencilla. Pero no me terminaba de convencer.

Un portátil supone tener que estar atentos a la batería que no tiene una gran autonomía, una fase de adaptación mayor si debe aprender a usar teclado y ratón, mayores riesgos de sufrir fallo en el sistema operativo o problemas con actualizaciones, etc. Por tanto, descartado. Había que buscar otra alternativa pues ni si quiera la opción de control remoto era cómoda pues perdía independencia.

¿Solución?

Por facilidad y estabilidad, la tablet de Apple. Si algo tiene es una gran facilidad de uso. Así que empezamos a valorar en una hoja de papel las ventajas e inconvenientes que supondría su uso. Después de un rato los pros superaban los contras y estos eran fácilmente solucionables.

Una vez elegido el dispositivo, a partir de aquí todo es más sencillo. En la App Store existe una gran variedad de aplicaciones que permiten prácticamente cualquier acción. Además, a excepción de algunas más complicada de usar, la interfaz táctil facilita mucho el aprendizaje y el comenzar a usarlo desde el primer momento.

Respecto a las aplicaciones eliminaríamos las no necesarias y agruparíamos todas en carpetas para dejar en la pantalla inicial las estrictamente necesarias para tal fin. Así encontramos Facetime, Skype, Fotos, Dropbox y algunos juegos.

La finalidad de Facetime y Skype es clara, poder mantener una vídeo conferencia de forma fácil. Facetime simplemente por la sencillez y la integración si usamos otros dispositivos de Apple. Pero si vemos que puede causar confusión mejor usar sólo Skype, estableciendo en su lista de usuarios sólo a los familiares directos (hijos y nietos) Pero sin abusar para que al abrir no se pueda liar con una lista interminable. Aunque también dependerá de como se vaya adaptando.

Luego, mediante el uso de Fotos en Streaming podemos enviar nuevas fotos de los nietos u otros familiares para que las revise siempre que quiera.

Otra opción es, si no usamos dispositivos de Apple, hacer uso de Dropbox. La ventaja de Dropbox es que además de no depender de ninguna plataforma en concreto nos permite subir también vídeos.

Para finalizar, algunos juegos con los que dibujar, ejercitar la mente, etc suelen resultar interesantes. Pero esto depende, como he dicho, de la adaptación y necesidades adicionales que queramos cubrir.

En contra de Apple, podemos decantarnos por tecnología Android, más económica y con gran multitud de aplicaciones gratuitas. La configuración inicial es un poco más compleja, pero una vez echado a andar, el día a día, es simple.

Las mejores app para personas mayores

Cada vez son más los mayores que cambian la televisión por la tableta como método de entretenimiento. Este avance en la brecha digital de la tercera edad se ha visto propiciado gracias a la evolución de la tecnología hacia la sencillez.

Como es natural, las apps también se han hecho más asequibles y útiles para los mayores, ayudándoles en diferentes aspectos como la salud, el ejercicio físico y mental o el entretenimiento.

Lo importante, a la hora de elegir una App con el objetivo de trabajar las capacidades mentales de los mayores, es:

  • Que sea atractiva y “adictiva”, en el buen sentido de la palabra. Y, si es posible, que su estética agrade tanto a mayores como a niños.
  • Que sea fácil de usar, es decir, que no presente barreras idiomáticas, que sea fácil de configurar, que tenga un funcionamiento claro…
  • Que permita varios niveles de dificultad, de modo que el juego se pueda adaptar (ya sea a través de la configuración o dinámicamente mientras el usuario juega) a las capacidades del usuario.
  • Que no tenga elementos que confundan al usuario (publicidad demasiado intrusiva…)

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