Imagina como sería tu vida si fueses cuidador familiar de un enfermo de Alzheimer u otra demencia neurodegenerativa.

Trata de imaginar cual sería tu estado de ánimo si tuvieras que asistir y cuidar un caso como el siguiente:

Un usuario, que aparenta su edad cronológica, pero que no se comunica verbalmente ni comprende la palabra hablada. A veces, balbucea de un modo incoherente durante largo rato. Parece desorientada en cuanto a su persona, al espacio y al tiempo, aunque da la impresión de que reconoce su propio nombre.

No se interesa ni coopera en su propio aseo, hay que ayudarle con la comida, darle de comer comidas blandas e incluso tener cuidado con los atragantamientos. Presenta incontinencia de orina y heces, por lo que a menudo hay que cambiarla y limpiarla.

No es capaz de caminar bien, y hasta su patrón de sueño es errático. Aunque la mayor parte del tiempo parece tranquila, a veces, sin causa aparente, se pone muy agitada e incluso estalla en crisis de llanto inmotivadas.

Así son sus días y sus noches.”

¿Lo has pensado alguna vez…?

Cuidar de un familiar con Alzheimer sería devastador si el cuidador es un familiar. Sin ayuda, el cuidador acabaría claudicando.

Desde luego un caso así es una prueba muy dura para cualquiera.

Las personas con Alzheimer ó cualquier otra demencia son tan humanas y tan dignas como la niña de la foto. Por eso, las personas que necesitan de nuestra ayuda, personas limitadas por lesiones cerebrales, merecen el mismo cuidado y atención que los que están iniciando sus vidas.

Desde Serdomas, ofrecemos personal interno y externo en función de la criticidad del usuario y su familiar. Confía en nosotros. Ofrecemos apoyo a la familia.