El perro es el mejor amigo del hombre y además puede ser el mejor apoyo para una persona que padece Alzheimer. Vemos algunas de las cualidades de nuestras mascotas más leales, capaces de marcar una gran diferencia en el cuidado de pacientes con demencia.
Diversos estudios y la experiencia de varias asociaciones que tratan a pacientes con este deterioro de las capacidades mentales avalan los beneficios positivos que nuestras mascotas pueden tener sobre estos pacientes.
Los perros ayudan a quienes sufren de Alzheimer a mantener sus rutinas de alimentación, sueño, ejercicio y relaciones sociales. Además, pueden incluso recordarles que no se olviden de tomar sus medicinas o aportarles la confianza necesaria para afrontar nuevos retos.
Al igual que los perros que sirven como apoyo a personas con ceguera o con discapacidades físicas, estos animales pueden ser muy útiles para quienes, como resultado de esta enfermedad degenerativa han perdido la motivación y la confianza para llevar a cabo ciertas actividades e incluso la noción de cómo realizar algunas de las más básicas, como pueden ser alimentarse, hidratarse o la higiene personal.
Cinco ventajas de tener mascotas para las personas mayores
- Estimula la actividad física: contar con un compañero peludo, especialmente si es un perro, contribuye a fomentar el ejercicio gracias a los paseos y juegos diarios que requieren estos animales. Hay que estudiar qué raza de perro encaja más con el estilo de vida y capacidades de la persona para que puedan convertirse en grandes compañeros. Por ejemplo, los cachorros tienen mucha más energía que perros más mayores y hay razas con caracteres más tranquilos que se adaptan mejor a una vida más casera
- Disminuye la sensación de soledad: compartir el día a día con una mascota proporciona mucha compañía, ayudando a mitigar el síndrome del nido vacío que afecta a muchos de nuestros mayores cuando los hijos abandonan el hogar. Además, en el caso de los perros, salir con ellos a pasear es una actividad que permite socializar y relacionarse con otras personas, consiguiendo así compañía tanto dentro como fuera de casa.
- Son el mejor medicamento para la tristeza y la depresión: está demostrado que convivir con una mascota reduce la sensación de tristeza y depresión en las personas mayores. Volver a sentirse útiles al cuidar de un animal es un gran aliciente para ellas, ya que muchas veces se sienten apartadas y poco necesarias. Una mascota requiere atención y cuidados pero, en este caso, un mayor que cuida un animal cuida también de sí mismo
- Velan por la seguridad de su amo: las personas mayores con alguna limitación de sus capacidades corren un riesgo añadido en su seguridad. En este caso, los perros entrenados pueden ser de gran ayuda, ya que pueden dar una señal de alerta si se da determinada situación (suena el teléfono, algo se quema, el dueño se encuentra en peligro e, incluso, en algunos casos, detectar enfermedades)?
- Reducen el estrés: no importa el tipo de mascota ni el estado de salud del amo, todas tienen efectos positivos en el estrés de los dueños. Ya sea observando nadar los peces, escuchando el ronroneo de un gato o el piar de los pájaros, los niveles de ansiedad y estrés se reducen y ayudan a contribuir a la sensación de bienestar.
Tener un amigo peludo en casa es una decisión que debe meditarse y ser tomada con todas las consecuencias y con el asesoramiento de un experto. El cariño de los animales reforzará la salud y autoestima de nuestros mayores, convirtiéndolos en compañeros inseparables durante mucho tiempo.
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