Si te encargas de cuidar a algún familiar o persona que padezca demencia, aquí tienes algunos consejos que te serán de ayuda en tu labor:
- Es importante adaptar la vivienda y el entorno del paciente, de acuerdo con la evolución de la enfermedad.
- Establecer hábitos y horarios para que el enfermo no se desoriente.
- Tener la casa ordenada y evitar alfombras o muebles con los que pueda tropezar.
- Situar a la vista calendarios y relojes.
- La ropa y el calzado deben ser cómodos y también fáciles de poner y quitar.
- Preservar al máximo su independencia e intimidad, pero supervisando sus actividades para evitar accidentes.
- Guardar en lugares inaccesibles para el enfermo los objetos y/o sustancias que puedan resultar peligrosos para él.
- Colocar en la bañera o ducha barras de sujeción y una alfombrilla antideslizante.
- No llevarle a lugares ruidosos y llenos de gente porque podría alterarse.
- No gritarle ni apremiarle. Hablarle despacio y de la forma más clara y concisa posible.
- Es importante que el cuidador se ponga en contacto con otras personas en su misma situación, asociaciones o grupos de ayuda, que puedan prestarle un respaldo psicológico, e informarle de su derecho a recibir determinadas prestaciones como la ayuda a domicilio.
- Consultar la posibilidad de que el enfermo acuda a un centro de día, donde se ocuparán de él durante unas horas, y además el paciente puede seguir terapias que contribuyan a retrasar el avance de la enfermedad.