Llega el mes de septiembre y vuelven las rutinas a la vida de pequeños y mayores. El verano se va alejando y con él ese periodo en el que abuelos y nietos han compartido mucho más tiempo que de costumbre. A nadie se le escapa que la realidad que viven muchas familias en nuestro país está marcada por la presencia, cada día más relevante y necesaria, de los abuelos y las abuelas en su día a día. Ya sea por necesidad en muchos casos o por el reencuentro típico de estas fechas, los meses de julio y agosto son especialmente propicios para que los más pequeños de la casa tengan que compartir la mayor parte del tiempo con los mayores.
Cómo enfrentarlo
Lo que se conoce como síndrome postvacacional, no suele prolongarse durante más de 15 días y está relacionado directamente con aspectos emocionales. “Suele incidir de forma más notoria en aquellas personas que tienen una actividad diaria muy intensa, sobre todo en aquellas que residen en entornos urbanos y entre los que están descontentos con su rutina”. Son precisamente los abuelos que encajen con este perfil los que deben tomar mayores precauciones y evitar que el estrés se convierta en enemigo de su salud.
Desde la Sociedad Española de Neurología se realizan varias recomendaciones para reducir el impacto de este síndrome. Ante todo, y como postura básica en esta y otras situaciones de la vida, es importante mantener una actitud positiva. “Es importante que, al menos los primeros días de adaptación, se duerman más horas de las habituales y se trate de regular los horarios antes de incorporarse a la rutina. También es aconsejable adelantar la vuelta, en la medida de las posibilidades de cada uno, al menos un par de días para favorecer la recuperación progresiva de los hábitos”.
Cualquier cambio de rutina, asegura Tejero Juste, hace necesario un periodo de readaptación en la actividad cerebral, pero cada persona experimenta esos cambios de manera diferente. “Depende tanto de la forma en la que los abuelos hayan asumido el papel de cuidadores (es decir, si lo han hecho con gusto o se han sentido obligados), como de la capacidad de adaptación de la actividad cerebral de cada persona”. Lo que sí parece demostrado es que los niños poseen una mayor capacidad para modificar las rutinas del cerebro que los mayores.
Un vínculo especial
Una relación forzada
Decálogo del abuelo-canguro
- Haz lo que puedas y no te sobrecargues de labores.
- Aprende a decir “No”.
- No descuides tu salud.
- Establece unas reglas básicas y una comunicación fluida.
- Reservarte tu propio espacio y tiempo.
- Mantente en buena forma física.
- No te sientas culpable si no eres capaz de realizar las tareas como antes.
- Intenta realizar actividades con tu nieto que se adecuen a ti y que os reconforten a los dos.
- Pon límites.
- Disfruta de tu nieto y de los momentos compartidos con él.
Para que la relación de las tres generaciones sea buena, no olvides …
Abuelos
- Comentar con los padres las normas y rutinas familiares. Respetar las formas de educar de tus hijos o de tu yerno o nuera, aunque lo hagan con su propio estilo.
- No criticar o dar consejos a los padres, intentando que eduquen a los nietos como a ti te gustaría
Padres
- No sobrecargar a los abuelos y respetar sus tiempos de ocio.
- Confiad en ellos, ya han criado unos hijos, sabrán criar a unos nietos. No busquéis rivalidades absurdas con preguntas del tipo ¿me ha echado de menos?
- Tener muy claro el rol que desempeña cada uno. Educador responsable, coeducador