En la incorporación de la mujer al mercado laboral, muchos son los hombres que han ocupado la tarea del hogar como amos de casa. A pesar de la lucha de las mujeres durante décadas por conseguir la igualdad, el hombre y la mujer siguen desempeñando dentro de la familia roles bien diferentes y delimitados. Los cambios se van produciendo tímidamente y, en muchos casos, esos cambios se traducen en la aparición de las denominadas supermujeres, mujeres que salen a trabajar igual que sus maridos, pero que cuando vuelven a casa recae sobre ellas el papel de ama de casa y de madre a tiempo completo. ¿Cuál es la función del hombre en este universo familiar?

El papel del hombre

Sabemos lo difícil que es cambiar los patrones de una sociedad patriarcal que se ha impuesto durante milenios. Tradicionalmente el hombre es el cabeza de familia, el que consigue los recursos para el hogar donde la mujer los administra de la mejor forma posible buscando el bienestar común de toda la familia. Esta imagen familiar que parece un tanto anticuada resulta que no lo es tanto. El único cambio que se ha producido es la incorporación de la mujer al mundo laboral. Pero son las mujeres las que siguen teniendo la responsabilidad de llevar a sus hijos al médico, en detrimento de su trabajo, y no los hombres. Son las mujeres las que siguen pidiendo una reducción de jornada laboral para hacerse cargo de sus hijos en sus primeros años de vida, y no los hombres. Son las mujeres las que siguen ocupándose de las tareas del hogar por mucho que algunos hombres se jacten de que “ayudan” en casa.

La lista de ejemplos donde vemos al hombre como sustentador principal de los recursos materiales familiares es interminable, pero últimamente estamos viendo un cambio importante que está dejando al hombre desorientado.

El nuevo hombre

 Lamentablemente este cambio del que hablamos no se ha conseguido gracias al esfuerzo y la lucha de las mujeres por la igualdad entre géneros. La crisis, una vez más, es la que ha irrumpido hasta el fondo de la estructura familiar y está removiendo los estándares sociales. El aumento de los parados de larga duración entre los hombres con cargas familiares está favoreciendo la aparición de un nuevo tipo de hombre. El hombre que tiene que quedarse en casa ocupándose de las tareas del hogar e implicándose al máximo en el cuidado de sus hijos mientras su mujer es la única proveedora de recursos económicos.

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Este cambio radical en los roles de la pareja está afectando de forma negativa al hombre, que ve mermada su autoestima en el momento en que deja de ser el sustento económico de la familia. Algo que dice mucho del escaso valor que la sociedad ha atribuido a la tradicional ama de casa. Las mujeres, en cambio, nos tomamos este cambio de roles menos a la tremenda siendo, como somos, conscientes de la importancia familiar que tiene quien se ocupa de organizar y administrar la casa y cuidar de los niños.

Sin embargo, no es un papel fácil de asumir para los hombres que ven desaparecer su rol tradicional provocando con ello un impacto psicológico difícil de superar. No nos queda más que esperar para descubrir qué nos depara el final de esta crisis en cuanto a transformaciones sociales, y si conseguimos aprovechar lo que de oportunidad tiene cualquier crisis, tal vez consigamos de una vez por todas la equiparación de responsabilidades familiares entre el hombre y la mujer.