Para los familiares, la decisión el ingreso de un familiar en una residencia, no es tarea fácil. Son muchas las dudas que surgen. El proceso de búsqueda de una residencia geriátrica suele ser doloroso para los familiares del mayor. Normalmente la persona anciana ha ingresado en un hospital y al darle el alta no puede volver a su casa; ha empeorado súbitamente de una dolencia previa o ha visto agravado un proceso de demencia (Alzheimer o de otro tipo) y los familiares no se ven con fuerzas para cuidarle a pesar de disponer de personal interno o de apoyo para ello.
El cuidado de personas mayores en el domicilio tiene su tiempo. Desde Serdomas, empresa de Ayuda a Domicilio, conocemos la importancia de tener a tu familiar cuidado las 24 horas del día -disponemos de personal interno para el cuidado de personas mayores en su propio domicilio– cerca de su familia y amigos. Sin embargo, hay ocasiones en el que la persona cuidada ya no puede estar en el propio domicilio, ya sea por decisión propia o incluso médica. (ronda sólo en un 5% de los casos)
Es el momento en el que se ha de tomar la decisión del ingreso de un familiar en una residencia.
Las familias que opten por la residencia deben saber que un cierto sentimiento de culpa es normal y que, una vez depositada la confianza en el equipo de profesionales, y al ver que la persona mayor se encuentra bien y recibe atenciones que en casa hubiesen sido imposibles, la culpa irá cediendo.
Una de las mejores alternativas es acudir a una residencia para personas mayores. Te explicamos cuáles son los tipos de residencias y qué elegir en cada caso:
- Residencias para personas válidas: es un centro destinado a la atención social de personas mayores que, valiéndose por sí mismas para las actividades de la vida diaria, por distintas circunstancias, no pueden permanecer en su propio domicilio. No presentarán barreras arquitectónicas y dispondrán de ascensor si hay más de una planta.
- Residencia mixta: se define como centro destinado a la atención social de personas mayores que mayoritariamente puedan valerse por sí mismas, pero dotado de una unidad para la atención de personas afectadas de minusvalía física o psíquica. No presentarán barreras arquitectónicas y contarán al menos con sectorización y al menos doble vía de evacuación, como medida de prevención en caso de incendio.
- Residencia asistida: es un centro destinado a la atención social de personas mayores afectadas de minusvalías físicas o psíquicas que requieren, además de los cuidados ordinarios, una atención de enfermería y vigilancia médica. No presentarán barreras arquitectónicas y contarán al menos con sectorización y al menos doble vía de evacuación, como medida de prevención en caso de incendio.
Muchos de nuestros usuarios, una vez que deciden dejar nuestros servicios para acudir a una residencia, optan casi siempre por una residencia mixta, ya que las adaptadas sólo para personas válidas no presentan condiciones adecuadas para alojar a las personas cuando invalidan, debiendo buscar otro alojamiento alternativo.
Objetivos de las Residencias:
- Atención de las necesidades personales básicas, terapeúticas y socioculturales de los mayores.
- Mantener el máximo grado de autonomía de las personas mayores que se alojan en las mismas.
Aspectos relevantes aspectos en el momento del ingreso
El contrato asistencial de la residencia
La ley establece la obligatoriedad de firmar un contrato de servicios en el momento del ingreso en la residencia geriátrica, sea ésta pública o privada. Este documento contiene las obligaciones y derechos de cada una de las partes .
Como normalmente el contrato es un documento largo y con mucha información, conviene que, antes del ingreso nos lo llevemos a casa y lo estudiemos en detalle. También es interesante que nos apuntemos todas las dudas que vayan surgiendo en relación al contrato que tendremos que firmar y las consultemos con el director de la residencia. Si el contrato de ingreso en residencia geriátrica está bien redactado y todos lo entienden se ahorran muchas controversias futuras que suelen dar dolores de cabeza y de cartera.
El precio (¿cuánto cuesta vivir en una residencia, qué incluye?)
Uno de los aspectos que puede ser interesante tener en cuenta es el relativo al precio de la residencia geriátrica. Este, según los casos, puede ser una cantidad fija que se mantendrá durante todo el tiempo de estancia (aplicando únicamente la cláusula de actualización, IPC) o puede estar vinculado al grado de dependencia del residente. Si es así, es posible que, si la salud del mayor se deteriora, el precio pueda incrementarse. Cuando esto sucede debemos asegurarnos de dos cosas:
- Cómo se calculará el grado de dependencia de la persona.
- Cuál es el precio máximo que podemos llegar a pagar.
También hay que mirar bien qué servicios están incluidos y cuáles no. Es normal que la peluquería o la podología se paguen a parte, pero hay algunas residencias para mayores que tienen otros servicios que se consideran adicionales.
El Reglamento de Régimen Interior
Una vez hayamos mirado bien el contrato asistencial de residencia vale la pena detenerse en otro documento de la residencia que se llama Reglamento de Régimen Interior del establecimiento residencial. En él aparecen por ejemplo los horarios de la residencia, las condiciones de admisión y bajas y las normas de convivencia, entre otras cosas.
Una vez hayamos firmado el contrato asistencial se considerará que estamos de acuerdo con todo el contenido del mismo y del reglamento de régimen interior. Por eso, aunque sea algo pesado vale la pena (o más bien es algo imprescindible) leer y preguntar.
¿Qué pasa si el mayor no puede decidir porque sufre demencia?
El ingreso de una persona que sufre demencia (puede ser Alzheimer) en una residencia geriátrica requiere de un proceso especial ya que la persona no puede decidir por sí misma. La Ley habla de internamientos y, en algunos supuestos hace que sea necesario contar con una autorización judicial para ingresar en la residencia de mayores.
Lo mejor es consultar con el director de la residencia geriátrica qué procedimiento es el que se sigue en esa zona y dejarse asesorar. Aunque la Ley para ingresar es la misma en toda España, cada comunidad autónoma tiene su reglamentación de forma que el procedimiento acaba siendo diferente si se ingresa una persona en una residencia geriátrica de Madrid, Barcelona u otra ciudad.
Resolución de dudas
No hay que tener miedo a preguntar todas las dudas que tengamos al director de la residencia geriátrica y, tampoco hay que tener miedo a plantear discrepancias que incluso nos lleven a decidir acudir a otro centro. No olvidemos que cuando una persona ingresa, lo normal es que viva cinco años o más, con lo que acabará pagando más de quince millones de las antiguas pesetas. Por eso, invertir algo de tiempo, e incluso asesorarse por parte de alguien de confianza, no estará nunca de más.
Como, cuando contratamos el servicio de una residencia para la tercera edad, una de las cosas más importante es la confianza, es interesante que hablemos un buen rato con aquella persona en la que la depositaremos: el director o directora. Si creemos que no podemos tener confianza en el o ella, mejor buscar otra residencia. Si, en cambio creemos que sí, realiza todas las dudas que tengaís.
Vale la pena dedicar unos minutos a reflexionar. ¿Es verdaderamente la residencia la mejor solución?
Si está esperando a que le asignen una residencia, podemos ofrecerle la posibilidad de contratar una cuidadora profesional el tiempo que necesite.
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