Las etapas en la enfermedad del Alzheimer siguientes proporcionan una idea general de cómo cambian las habilidades una vez que aparecen los primeros síntomas y sólo deben utilizarse como guía general. Las etapas en la enfermedad del Alzheimer están separadas en tres grandes categorías diferentes: la enfermedad del Alzheimer leve, la enfermedad del Alzheimer moderada y la enfermedad del Alzheimer severa. Tenga en cuenta que puede ser difícil ubicar a una persona con la enfermedad del Alzheimer en una etapa específica.

En España, más de 800.000 personas tienen la enfermedad de Alzheimer. En todo el mundo, al menos 44 millones de personas tienen demencia, lo que convierte a esta enfermedad en una crisis de salud mundial que debe abordarse.

Un diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer le cambia la vida no solo a la persona con la enfermedad, sino también a sus familiares y amigos. Sin embargo, hay información y recursos de apoyo disponibles. Nadie debe enfrentar la enfermedad de Alzheimer ni ninguna otra demencia solo.

Descripción general de progresión en la enfermedad del Alzheimer

Los síntomas de la enfermedad del Alzheimer empeoran con el tiempo, aunque la velocidad a la que progresa la enfermedad varía. En promedio, una persona con la enfermedad del Alzheimer puede vivir entre 4 y 8 años después del diagnóstico, aunque puede vivir hasta 20 años dependiendo de otros muchos factores.

Los cambios en el cerebro relacionados con la enfermedad del Alzheimer comienzan años antes de que los signos de la enfermedad aparezcan. Este periodo de tiempo, que puede durar años, se le llama “preclínica del Alzheimer”.

factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer

Primera etapa en la enfermedad del Alzheimer: estadio temprano

En un inicio, este trastorno cognitivo del que hacemos referencia, aunque puede ser detectado por la familia –Cómo detectar los primeros síntomas del Alzheimer-, es leve y afecta poco a la vida cotidiana. A este estadío se le denomina “Deterioro cognitivo ligero“, y podemos decir que es un periodo intermedio entre el envejecimiento normal y la demencia.

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En la primera etapa de la enfermedad del Alzheimer, la persona puede vivir de manera independiente. Puede todavía conducir, trabajar y ser parte activa de las actividades sociales. A pesar de ello, la persona puede tener fallos de memoria, como el olvido de palabras familiares o la ubicación de los objetos cotidianos.(ver entrada –¿Tengo Alzheimer?-)

En este ciclo se va a observar, sobre todo, una afectación de la memoria pero pueden verse dañadas también otras áreas de forma aislada o conjunta. Como consecuencia, en la práctica diaria observamos cómo comienzan a objetivarse pequeños fallos en las actividades instrumentales de la vida diaria: uso del teléfono; administración de medicamentos; preparación de las comidas; el mantenimiento de la casa; gestión de las finanzas; compras; uso del transporte (más información en el artículo “Actividades de la Vida Diaria y Alzheimer”)

Es  frecuente, también, que la familia detecte cambios en el humor y en la conducta del paciente (La violencia súbita, uno de los enigmas de los enfermos de Alzheimer), siendo los síntomas psiquiátricos más frecuentes, sobre todo depresión, apatía e irritabilidad.

La evolución de este deterioro cognitivo ligero es muy variable: hay muchos pacientes que se mantienen estables; incluso hay algunos enfermos que mejoran sus déficits al cabo de los años; pero hay un porcentaje alto que va a seguir progresando en la enfermedad hacia la Demencia, generalmente de tipo Alzheimer.

La importancia del diagnóstico en estas fases iniciales es fundamental, ya que hoy en día disponemos de algunos fármacos que han demostrado la eficacia en el control temporal de los síntomas cognitivos, conductuales y funcionales de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, en ausencia de un tratamiento curativo, es necesario un abordaje terapéutico multidimensional que incluya, además de los tratamiento farmacológicos, intervenciones no farmacológicas dirigidas a optimizar la cognición, la conducta y la funcionalidad de los pacientes.

Segunda etapa en la enfermedad del Alzheimer: etapa central

En esta etapa, la persona comienza a ser incapacitada por la enfermedad del Alzheimer:

  • Las personas con Alzheimer pueden recordar el pasado distante y, a la vez tener dificultad para recordar hechos recientes.
  • Tienen dificultad para reconocer la fecha, la hora y el lugar.
  • Pueden inventar nuevas palabras a medida que pierden su vocabulario viejo.
  • No pueden reconocer rostros familiares antes conocidos.
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La memoria se altera progresivamente. El enfermo olvida los sucesos recientes. No se acuerda de lo que acaba de comer; acusa a sus amigos de abandonarlo porque no vienen a visitarlo. No puede asimilar o comprender los hechos nuevos. Sin embargo, el recuerdo de hechos lejanos persiste aunque los sitúe mal en el tiempo en que transcurrieron: el enfermo de Alzheimer pide noticias de su madre fallecida recientemente o menciona a personas a las que no ha visto desde hace años.

En cuanto a su comportamiento, en esta etapa en la enfermedad del Alzheimer comienzan las reacciones agresivas, desproporcionadas respecto al motivo que las ha desencadenado. Puede acusarle de robarle si no encuentra su monedero; grita e incluso se vuelve agresivo si se insiste para que se bañe. Cuanto más depende de otros más se irrita. Su fatiga aumenta y no hace nada sin que se le estimule. Experimenta miedos injustificados; un ruido, una cortina que se mueve o una luz pueden desencadenarlos. Camina durante horas de un lado a otro. Se levanta durante la noche y prepara su maleta para volver a casa

Lenguaje y comprensión. El conjunto de la comunicación con los demás se hace más difícil: habla menos, su vocabulario se empobrece, repite siempre las mismas palabras o las mismas frases durante horas. Cuando responde a las preguntas lo hace lentamente, buscando las palabras; no acaba las frases.

Coordinación de gestosSus gestos son imprecisos: se abrocha mal los botones, sostiene mal el tenedor o el cuchillo. Pierde el equilibrio. Se golpea con facilidad y las caídas son frecuentes. Se mueve lentamente y necesita que lo ayuden para ir a su habitación o al baño. Pueden aparecer movimientos anormales como temblores, contracturas musculares o convulsiones.

Actividades básicas de la vida diaria (ABVD) Su creciente confusión hace que le resulte cada vez más difícil enfrentarse a la vida diaria. No es capaz de elegir:

  • entre sus ropas, pues se viste sin importarle como, y sin tener en cuenta la estación o los convencionalismos sociales;
  • entre los platos que ponen en la mesa;
  • entre las etapas habituales de su baño o ducha: ¿cuándo quitarse la ropa?,¿cuándo enjabonarse?, ¿cuándo secarse?
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Por otro lado pierde su autonomía ya que no puede conducir, ni viajar en metro o en autobús sin compañía. Se pierde incluso en un trayecto que le es familiar.

Puede dedicarse a actividades peligrosas para si mismo y para los demás como abrir la llave del gas sin encenderlo, u olvidar su cigarrillo y prender fuego por accidente.

Es decir, el enfermo en la segunda etapa de la enfermedad del Alzheimer ha de ser vigilado las 24 horas del día, lo que significa que sus familiares deben prestarle atención constante.

Tercera etapa en la enfermedad del Alzheimer: etapa tardía

En esta tercera y última etapa, se presenta una amplia y marcada afectación de todas y cada una de las facultades intelectuales. Los síntomas cerebrales se agravan, acentuándose la rigidez muscular así como la resistencia al cambio postural. Pueden aparecer temblores y hasta crisis epilépticas.

El enfermo con Alzheimer no reconoce a sus familiares y llega el momento en el que desconoce su propio rostro en el espejo. La personalidad que siempre acompañó a la persona, desaparece por completo. Los pacientes se muestran profundamente apáticos, perdiendo las capacidades automáticas adquiridas como la de lavarse, vestirse, andar o comer, y presentan una cierta pérdida de respuesta al dolor.

Más adelante, tienen incontinencia urinaria y fecal. En la mayoría de los casos el paciente finaliza encamado, con alimentación asistida. Por lo común, los enfermos con Alzheimer suelen morir por infecciones en las vías respiratorias, neumonía, infecciones urinarias o de la piel por escaras u otro tipo de complicación.