Nos referimos a la sobrecarga del cuidador cuando los sentimientos de abrumo que presenta una persona cuando diariamente debe lidiar con la responsabilidad de estar al cuidado de una persona con Alzheimer y se puede acompañar de ira e irritabilidad. Además puede experimentarse ansiedad por el  esfuerzo físico y mental, así como el consumo de los recursos económicos. Asimismo, puede involucrar dificultades en las relaciones con los otros miembros de la familia.

Cuidar de un familiar con Alzheimer es un hecho sobrevenido, para el que nadie está preparado. La mayoría de veces, suceden en una etapa de la vida en que se espera disfrutar de la jubilación, de la familia y de todas aquellas cosas que se han ido dejando pendientes. 

La enfermedad llega y rompe los planes previstos, tanto de la persona afectada como de sus seres queridos más próximos. 

 

¿Cuáles son las señales de alerta del síndrome del cuidador?

La presencia de algunos de estos síntomas en un cuidador puede ser indicio de sobrecarga:

  • Cansancio persistente.
  • Problemas de sueño.
  • Disminución o abandono de las aficiones.
  • Desinterés por vivir nuevas experiencias.
  • Elevada irritabilidad.
  • Dolores o molestias sin tener ningún problema de salud aparente.
  • Aislamiento social.
  • Consumo de ansiolíticos y/o antidepresivos.
  • Niveles de estrés y/o ansiedad elevados.

 

¿Qué podemos hacer para prevenir el síndrome del cuidador?

Es importante detectar cuanto antes las manifestaciones del síndrome del cuidador para actuar y procurar reconducir la situación.

Para prevenir y paliar la sobrecarga, los cuidadores han de entender que es importante:

  • Conocer bien la enfermedad y su evolución.
  • Comprender sus síntomas y los cambios de conducta que generan en la persona afectada.
  • Reconocer y saber gestionar las propias emociones y sentimientos.
  • Pedir ayuda cuando se necesita.
  • Recuperar la propia identidad, más allá del rol de cuidador.
  • Buscar espacios para uno mismo.
  • Aprender a relajarse.
  • Ser positivos e intentar aliarse con el humor.

 

¿Cuáles son las metas del tratamiento ante la aparición de la sobrecarga del cuidador?

  • Optimizar los cuidados. El rol de cuidador familiar también tiene sus ventajas y está lleno de satisfacciones, hay que reencontrarse con esta parte olvidada y enfrentar las cargas físicas, emocionales y prácticas de una forma adecuada.
  • Obtener información. La condición de la persona que cuidamos, así como la evolución de sus necesidades y los retos que enfrentaremos en un futuro son herramientas para establecer un mejor plan de cuidados.
  • Establecer un plan de cuidados. Esto permite maximizar el uso de ayudas formales e informales con las que cuenta el adulto mayor y el cuidador principal.
  • Cuidar al cuidador. Tras someterse a tantos estresores, el cuidador principal queda vulnerable a serias enfermedades físicas y mentales, por lo que es prioridad cuidar al cuidador.
  • Resolver conflictos familiares. El establecer un cuidador principal trae diferentes disputas familiares: otorgar responsabilidades a cada parte, poner cuidado en los demás miembros de la familia, continuar los distintos roles que se desempañan en el hogar, entre muchos otros.

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